domingo, 13 de julio de 2014

El Docente como Administrado

El Docente como Administrador


El docente administrador debe poseer y manejar ciertas aptitudes; debe dirigir con liderazgo, autoridad  y capacidad asesora, con sentido autogestionario;  hacer uso óptimo del tiempo dedicado a los aprendizajes y de los recursos humanos, físicos, y materiales. El personal encargado de dirigir una estancia educativa en cualquiera de los niveles y modalidades de la educación, está obligado a emplear diversas técnicas administrativas para liderar y optimizar el control interno de la institución.
Partiendo del derecho fundamental que tenemos todos de educarnos, sabemos lo difícil que es en un país como el nuestro, ya que si bien es cierto la educación pública es gratuita, no cumple con lo fundamental y necesario para que esta tarea se realice, ya sea por deficiencias administrativas, por falta de docente y por una infraestructura precaria a la que los niños y maestros deben adaptarse, siendo este el principal obstáculo para que este derecho se cumpla. 
De allí que la administración educacional, como ciencia educativa, se convierte en un reto ya que debe introducir los elementos de orden y racionalidad a la educación formal haciéndola más potente y efectiva. Trabajando con lo que se tiene pero de manera ordenada y planificada para hacer del que hacer educativo una tarea fácil y en beneficio del aprendizaje de los alumnos. 
Por lo tanto, entender lo que debe ser la tarea de los administradores es importantísimo, lo determinante en este caso es el liderazgo que los administradores deben ejercer, Significa que se deben dar en el director cambios cognitivos y de conductas, desarrollar habilidades tendientes al mejoramiento de la persona, así como desarrollar una serie de destrezas personales que lo hagan ser un mejor comunicador, y un entusiasta con respecto al grupo de colaboradores.
La administración se relaciona con gobernabilidad y esta con los nuevos balances e integraciones necesarias entre lo técnico y lo político en educación. Viene a ser entonces un proceso donde la misión y la visión institucionales se operan a través de los diferentes actores, es allí donde el docente en su gestión como líder, su eficiencia y eficacia no se sustenta en una persona sino en un pensamiento, en una visión compartida y entonces el no tener autoridad de mando no es el problema, sino en cómo lograr que esa visión realmente sea compartida y por ende se desenvuelva el pensamiento ahí está el reto de la administración y la gestión educativa. Tomando en cuenta que la autogestión se puede dar en distintos niveles, en un determinado contexto educativo, el objetivo último es que el individuo tome conciencia y poder de decisión, se plantea un vínculo estrecho con la comunidad englobando distintos tipos de experiencias.
Con este término se designa una serie de variadas experiencias y movimientos pedagógicos, de distinto alcance, que pretenden la transformación de la educación, a partir de la participación directa de los interesados: profesores, estudiantes y padres, en la organización de todas las esferas de la vida estudiantil.
Se caracteriza por lograr que se enmarque en el ejercicio de iniciativas y tareas de diversa complejidad, las que son asumidas gradualmente, el docente se sitúa a disposición de los estudiantes, toma en cuenta la comprensión empática, se estimula la autonomía, creatividad y la contraposición crítica de distintos puntos de vista.
Aunque rodeado de peligros, el ejercicio de la autogestión en los establecimientos educativos es un signo de los nuevos tiempos, pudiendo asumir distintos tipos: administrativa, financiera, pedagógica (capacidad de decidir en relación a la planificación, ejecución y evaluación y adoptar estrategias organizativas del gobierno y particulares).
El administrador debe dirigir con liderazgo, autoridad y capacidad asesora, con un sentido autogestionario, y hacer uso óptimo del tiempo dedicado a los aprendizajes y de los recursos humanos, materiales y físicos.
La transformación se gesta en la institución y no en ninguna otra instancia del mismo, que para lograrla los administradores debe romper los viejos paradigmas y tomar la bandera de la excelencia y la calidad, abocándose con profesionalismo y entrega a producir el cambio.
El administrador educativo debe valorar la importancia administrativa de la inducción del personal, como estrategia de clima institucional, compromiso educativo, comprensión del trabajo de su institución y finalmente el mejoramiento de la cultura organizacional para contribuir a la calidad de la educación.
En el ámbito educativo, la asesoría se concibe como un proceso en el que se da asistencia, apoyo mediante la sugerencia, ilustración u opinión con conocimiento a los y las directivas o colectivos de las  instituciones escolares en busca de la mejora. Es acompañamiento puede ser realizado por un asesor  o especialista o generalista, ya sea interno (personal de la institución) o externo (persona ajena a la institución). El proceso inicia acordando la estrategia con el directivo  indicando el papel que tendrán ambos ante el colectivo escolar para realizar el plan de mejora. Es importante presentar una propuesta de trabajo al colectivo; desde la elaboración del diagnóstico, mediante la revisión de varias fuentes de información y datos de la escuela, posteriormente al revisar y analizar la información se detecta la problemática escolar, hacen un plan de acción, lo ejecutan, le dan seguimiento a las acciones y evalúan sus logros, lo que puede llevan a un replanteamiento de acciones en caso de no haber alcanzado los resultados esperados. Este acompañamiento fortalece el aprendizaje del colegiado, transitando hacia una gestión autónoma, en la que no se dependa del asesor o asesora para la implementación de otros proyectos de mejora.
Es importante para el asesor ser consciente que su rol debe basarse en los procesos de optimización y cambios dirigidos hacia la reflexión, análisis y toma de decisiones de quienes son asesorados. Estos procesos de cambio, apropiación de condiciones y compromisos internos que se acuerden son los que realmente propician la mejora de los centros escolares, a diferencia de aquellos compromisos, condiciones y falsos procesos impuestos desde el exterior.
El asesor educativo requiere especializarse en ciertos contenidos de su área, métodos, técnicas, procedimientos y desarrollar las habilidades necesarias para animar las situaciones de mejora de las instituciones y docentes involucrados.
El funcionamiento de la organización está condicionado por el tiempo y éste al igual que los recursos humanos materiales, técnicos y financieros son siempre escasos. Por su puesto de la cantidad de tiempo es una condición necesaria, pero no suficiente para mejorar la calidad del servicio educativo; se requiere no solo una mayor cantidad de tiempo para las actividades educativas si no también su uso pertinente.   
Para concluir, el docente dentro y fuera de la institución educativa es visto como un líder.  Es por ello que debe cumplir con una serie de normativas que le den las herramientas necesarias para garantizar la calidad esperada al ejercicio de su profesión.  Su capacidad de influenciar, motivar y conducir personas hacia una determinada dirección debe ser bien evidente, donde se manejara con objetividad y agilidad para tomar decisiones.
Además de esto, el docente debe proyectar, desarrollar, implantar y evaluar el sistema con que está trabajando, coordinando con todos los protagonistas de la comunidad educativa y así poder organizar y programar las funciones que cada uno delegara en pro del cumplimiento de las expectativas que se del proceso de enseñanza y aprendizaje, recordando que cada institución educativa, al comenzar un periodo escolar realiza un proyecto macro que sirve como norte hacia lo que se quiere lograr.
Por último, se debe notar que es fundamental que el docente como gerente de calidad conozca el proceso educativo; para tener certeza que todo su esfuerzo está dirigido hacia el objetivo correcto, es esencial que identifique el ejercicio de todas las funciones a su cargo y las exigencias que de ellas se desprenden ya que es de esta forma que podrá estar en constante evaluó para determinar si el modelo de administración implementado cumple con las exigencias de la realidad presente en la institución.
                                                    MAESTRANTE
                                                                                   PEDRO ROJAS

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