viernes, 18 de julio de 2014

EL DOCENTE COMO ADMINISTRADOR



UNIVERSIDAD NORORIENTAL PRIVADA
“GRAN MARISCAL DE AYACUCHO”
UNIVERSIDAD “VALLE DE MOMBOY”
DECANATO DE INVESTIGACIÒN Y POSTGRADO
PROGRAMA DE MAESTRIA
MENCIÒN: GERENCIA EDUCATIVA










EL DOCENTE COMO ADMINISTRADOR



                                                                 AUTOR: RENY RAMÍREZ
                                             CI: 15.967.448
                                          SECCION: A




BARINAS, JULIO DEL 2014




El Docente como Administrador

Actualmente, las Instituciones Educativas están desarrollando un conjunto de estrategias que conlleva al funcionamiento de las escuelas como una organización, centrando su función en la obtención de conocimientos; por tal motivo, se debe colocar en práctica una serie de elementos esenciales de la gerencia para llevar a cabo su función, entre los cuales se tiene: Organización, Comunicación, Toma de Decisiones y Planificación, siendo esta última una de las más importante, pues permite precisar los objetivos o metas de la organización educativa, constituyendo una estrategia general para alcanzar las metas planteadas y desarrollar una rango completo de los planes para integrar y coordinar las actividades.
Para esto,  se requiere de un administrador preparado capaz de planificar, direccionar y controlar el proceso educativo, tomando en cuenta los principios básicos de la administración para el desarrollo de estrategias de acción que permitan alcanzar los objetivos planteados. En este sentido, el docente juega un papel imprescindible dentro de la gestión educativa, ya que ejerce funciones administrativas con los recursos de enseñanza-aprendizaje de manera tal, que se logre un aprendizaje significativo, evidentemente, considerando que el control, seguimiento y la evaluación son fundamentales para verificar hasta donde fueron alcanzados los resultados.
Es importante señalar, que la visión del docente como administrador representa, además del correcto aprovechamiento de los recursos con que se cuenta el docente, la manera como éste se interacciona con los estudiantes, al administrar el período de tiempo y espacio de una forma eficaz favoreciendo la formación de los educandos, asimismo, emplea estrategias y acciones trazadas para casos particulares, estableciendo paradigmas que estimulan y motivan el conocimiento de los estudiantes. De igual manera, el docente conseguirá estimular aspectos que intervendrán efectivamente en el proceso educativo, como lo son: la conformación y fomentos de valores, las actitudes, aptitudes, habilidades y destrezas de cada uno de los educandos, donde el docente logrará tramitar y administrar el hecho educativo de una manera más acordada logrando además la concepción de un ambiente socioeducativo positivo, conforme a las realidades y necesidades del país. .
Es evidente, que el primer administrador que posee la escuela como organización, es el docente, debido a que posee la función de llevar a cabo una programación o planeación de las actividades que desarrollará, tomando en consideración cada una de las habilidades, destrezas y debilidades presentes dentro y fuera del ambiente de aprendizaje, articulados con los contenidos programáticos que debe desarrollarse en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Para ello, el docente debe asumir una postura de líder, guía, orientador, facilitador, investigador, motivador, participativo y creador de oportunidades que coadyuven al desarrollo integral del estudiante, impulsando la utilización de métodos, técnicas y estrategias de enseñanza que estimulen las actividades pedagógicas sobre la base de las necesidades e intereses de los educandos.
En este sentido, en toda institución educativa el docente es visto como un líder dentro y fuera de ella, por tanto, debe asumir una serie de normas que le brinden los instrumentos necesarios para responder a la calidad esperada en relación a su labor. Su capacidad de influir, motivar y conducir individuos hacia una determinada dirección debe ser indiscutible, donde se conducirá con integridad y rapidez para tomar decisiones acertadas. De acuerdo a lo anterior, la capacidad de liderazgo que posea el docente es fundamental, pues radica en el aspecto de auxiliar a los educandos a reconocer sus habilidades, destrezas, sentimientos y emociones, para que reflexionen y marchen hacia la búsqueda su propia auto-conciencia. A partir de esto, surge un docente con liderazgo, aunado a su vocación y preparación hace que el proceso educativo se cambie para una acción dispuesta, explícita y transformadora. Se hace imposible edificar un mundo humanista, si el docente aún no ha logrado convertirse en alguien realmente humano. Igualmente, la educación busca transformar la cultura y el conocimiento, pero esto solo sería posible si los docentes cambian su cultura; la educación no cambia si los educadores no cambian. Por ello, surge la necesidad de formar docentes líderes capaces de sensibilizar a los estudiantes sobre sus conductas y las actitudes, conduciéndolos a ser personas íntegras y de calidad humana.
Aunado a ello, el docente administrador hoy día debe ser actor y autor principal del cambio, de acuerdo con los dilemas presentes. De esta manera, las instituciones educativas pretenden una forma de dirección que promueva una cultura de cambio e innovación para obtener la flexibilidad y dinámica que se pretende actualmente obtener. Además, el docente debe planear, desarrollar, organizar y valorar el sistema con el cual está trabajando, coordinando conjuntamente con todos los actores que integran la comunidad educativa. Bajo este enfoque, el rol del docente administrador dentro de la organización cambia, pues la perspectiva que se quiere del administrador actual, es que tenga la capacidad de manejar la incertidumbre y el pensamiento flexible, permitiendo  que las estructuras organizacionales se acoplen de acuerdo con los requerimientos tanto internos como externos para lograr los objetivos planteados.
En conclusión, es primordial que el docente como administrador dentro de la educación tenga el conocimiento necesario sobre el proceso educativo; cuyo fin, es que posea la convicción de que todo su esfuerzo este enfocado hacia el objetivo adecuado, es fundamental que tenga el concomiendo sobre todas las funciones administrativas que estén a su cargo y las exigencias que se desprenden de ella, pues es de esta manera que él podrá estar en constante control  con el objeto de determinar si el modelo de administración implementado cumple con los requerimientos reales que se presentan en la institución.

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