Republica
Bolivariana de Venezuela
Universidad
Valle del Momboy
El
docente como administrador
TUTOR.
YOJAILER ESTELLER
AUTOR
GONZALEZ ANGELICA
C.I.: 16210505
C.I.: 16210505
EL
DOCENTE COMO ADMINISTRADOR
Los docentes al ejercer su
profesión, necesariamente deben desempeñar diferentes roles, entre los cuales
se encuentra el de administrador educativo. Este
papel lo desempeña cuando programa, organiza, integra y controla los recursos
humanos materiales y financieros necesarios para la prestación del servicio
educativo de acuerdo con las normas y lineamientos establecidos por el
Ministerio del Poder Popular para la Educación.
Así,
los gerentes educativos como responsables
del servicio educativo que se brinda en él, tiene como una de sus principales
actividades dirigir a los elementos que integran a la comunidad educativa:
educandos, docentes, personal administrativo, de apoyo; así como padres,
representantes y demás miembros de la
comunidad, con el fin de establecer los criterios de responsabilidad,
coordinación y participación que debe existir entre ellos. Por ende, la función de dirección que es
esencial para el ejercicio de su autoridad, tanto técnica como administrativa
en el desarrollo del servicio educativo, toda vez que mediante ella se propicia
la mejor ejecución de las actividades que realizan los elementos de la
comunidad educativa.
De allí, que
parte de la ejecución eficaz de esta función es conveniente que el director
tome en cuenta algunos principios técnicos ya establecidos en la teoría de la
administración, entre los cuales Rojas, García y Campos citados por Peña (2004),
citan los siguientes:
1. Principio
de la coordinación de intereses. En la medida que el director logre tener el
acuerdo de todos los elementos de la comunidad educativa y coordine los
intereses de grupo con los individuales, le será más fácil alcanzar los
objetivos del servicio educativo a su cargo.
2. Principio
de la impersonalidad de mando. La autoridad del director del plantel escolar se
ejercerá como el producto de una necesidad de toda la comunidad escolar, no
como el resultado exclusivo de su voluntad o del deseo de una persona, ya que
se guiará siempre en su actuación por la objetividad en el manejo de la norma.
3. Principio
de la resolución de conflictos. El director del plantel debe procurar que
cuando se presenten los conflictos en la comunidad escolar, la solución sea
prevista en los mejores términos de consideración y lo más pronto posible, de
modo que se produzca el menor disgusto y la mayor satisfacción por parte de los
elementos involucrados.
4. Principio
del beneficio del conflicto. Es necesario que el director vislumbre el
beneficio del conflicto más que el perjuicio, por lo que convendrá forzar el
encuentro de soluciones y sus ventajas.
5. Principio
de la autoridad como liderazgo. El director del plantel debe tener presente, en
todo momento, que la escuela a su cargo se ubica dentro de un contexto social
determinado, dentro del cual participa activamente con el propósito de apoyar
el desarrollo del mismo.
Por tanto, el
director debe ejercer no solo la autoridad, sino un liderazgo educativo
mediante el cual oriente al personal docente, a los educandos y a los padres de
familia, con la finalidad de favorecer la formación integral del educando,
optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje y coadyuvar al mantenimiento de
la planta física del plantel. Con base en estas consideraciones es necesario que
siempre mantenga una actitud de responsabilidad y compromiso que garantice la
permanencia de su liderazgo educativo dentro del plantel.
Es decir, que la aplicación
de estos principios permitirá al director del plantel efectuar una dirección
eficaz, ejercer su autoridad e impulsar y conducir correctamente a los
diferentes elementos de la comunidad escolar. Además, porque los centros
educativos presentan un ambiente favorable hacia la innovación y el cambio.
En ellos existe disposición
para la participación y cooperación de equipos docentes, los cuales se ven
apoyados por la administración educativa que toma en cuenta e incentiva sus
propuestas de cambio e innovación institucional. En este contexto, las
instituciones educativas se constituyen en la unidad básica para el origen,
adaptación y promoción del cambio que requieren el sistema educativo.
Visto de este modo, se
requiere que el centro educativo sea visualizado como una unidad en sí mismo
bajo un enfoquen sistémico, de manera que pueda ser interpretado en todo su
significado, lo que permitirá llevar a cabo acciones educativas propias de su
seno mediante la participación de todos los involucrados. Asimismo, se solicita
un estímulo de administración educativa con orientación humana y con claridad de que su papel profesional
debe enfocarse constantemente hacia la interpretación de lo que está ocurriendo
constante y cotidianamente a su alrededor.
Esta visión interpretativa
de la realidad lo ubica como un especialista contingencial que le facilita la toma de decisiones de acuerdo a
las circunstancias reflexiva y analítica
y no de una manera rutinaria y tradicional.
Dentro de los compromisos que debe asumir el
administrador educativo es necesario citar lo que expone Heslep (2003: 247-260):
Como primer punto enfoca que
el administrador educativo debe considerar a todos los actores en la toma de
decisiones; esto garantiza procesos democráticos en la organización y
funcionamiento institucional, en el aporte de soluciones ante las problemáticas
que surjan. Esta gestión ayuda a preparar a los miembros para comprometerse en
la toma de decisiones.
Como segunda función indica
que la participación civil en la toma de decisiones tanto en una sociedad
democrática como en asuntos educacionales va a favorecer la acción voluntaria
de todos los miembros inmersos en la sociedad ya sea de forma directa e
indirecta. Esto permitirá que los miembros sean capaces de alentar decisiones
que propicien la igualdad de oportunidades educacionales que enseñen a los
estudiantes el principio del interés público como fundamental en la sociedad.
Además, es necesario que
trate de cumplir con algunos compromisos que son propios de su profesión y que
según Rojas, García y Campos citados por Peña (2004: 6-9), son esenciales para
generar procesos democráticos tendientes a buscar el cambio y la innovación,
dentro de los cuales se destacan
La búsqueda
permanente del liderazgo, crear una visión de un todo, y no de partes separadas
y aisladas, ser relacionador de recursos; así como observar y analizar el
centro educativo, el personal y los patrones de actividad diaria para analizar
indicadores de logro, las luchas que se están dando, cuáles asuntos están
captando la atención de las personas y donde debe focalizar la atención (p.
6-9)
Este planteamiento, se
orienta hacia el papel que debe
desempeñar el administrador educativo, dado que es una figura primordial en la promoción para una
educación de calidad que garantice
igualdad de oportunidades a toda la población, generando procesos de enseñanza
que contribuyan al bienestar individual y colectivo en sociedad. De allí, que
una de las tareas a cumplir por el administrador, es la formación de equipos de
trabajos tanto a nivel interno con su personal, como a nivel externo en la
comunidad donde está inmerso la institución. Aquí es necesario apoyarse en los
padres de familia, líderes comunales, grupos organizados y demás miembros que
contribuyan al funcionamiento institucional.
Del mismo, modo, la gestión
de recursos financieros y materiales es otra tarea que el administrador cumple
en una institución, la cual realiza ante instancias gubernamentales y no
gubernamentales, con el afán de solventar necesidades de la población
estudiantil, la carencia de infraestructura y otros gastos que se generen. Es
decir, que debe crear a nivel institucional una estructura organizada que le
permita desarrollar actividades de gestión, supervisión, control y evaluación,
al mismo tiempo esta estructura le permite poner a funcionar la dinámica de
trabajo en el centro educativo.
Igualmente, debe buscar la incorporación
de otros actores para el buen funcionamiento y organización de una institución,
esto permite la toma de decisiones participativa, la formación de una sociedad
democrática, y la participación directa de estos actores en los procesos de
enseñanza y aprendizaje. Dentro de los retos del administrador educativo esta
quizás el más importante que consiste en buscar una educación para el
desarrollo humano; para esto es necesario la formación integral de los
educandos, de los docentes, de los padres de familia y demás miembros de la
comunidad en general.
Referencias
Heslep (2003) La Educación en Democracia. Buenos
Aires: Grupo Editor Latinoamericano.
Peña (2004) Compromisos del Administrador Educativo
para garantizar Procesos Democráticos de
Innovación y Cambio. Bogotá: Norma
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