martes, 15 de julio de 2014

ENSAYO

Republica Bolivariana de Venezuela
Universidad Valle del Momboy











El docente como administrador



TUTOR.
YOJAILER ESTELLER                                                   AUTOR
                                                                   GONZALEZ ANGELICA 
                                                  C.I.: 16210505








EL DOCENTE COMO ADMINISTRADOR

Los docentes al ejercer su profesión, necesariamente deben desempeñar diferentes roles, entre los cuales se encuentra el de administrador educativo. Este papel lo desempeña cuando programa, organiza, integra y controla los recursos humanos materiales y financieros necesarios para la prestación del servicio educativo de acuerdo con las normas y lineamientos establecidos por el Ministerio del Poder Popular para la Educación.
Así, los gerentes educativos como responsables del servicio educativo que se brinda en él, tiene como una de sus principales actividades dirigir a los elementos que integran a la comunidad educativa: educandos, docentes, personal administrativo, de apoyo; así como padres, representantes y  demás miembros de la comunidad, con el fin de establecer los criterios de responsabilidad, coordinación y participación que debe existir entre ellos.  Por ende, la función de dirección que es esencial para el ejercicio de su autoridad, tanto técnica como administrativa en el desarrollo del servicio educativo, toda vez que mediante ella se propicia la mejor ejecución de las actividades que realizan los elementos de la comunidad educativa.
De allí, que parte de la ejecución eficaz de esta función es conveniente que el director tome en cuenta algunos principios técnicos ya establecidos en la teoría de la administración, entre los cuales Rojas, García y Campos citados por Peña (2004), citan los siguientes:
1. Principio de la coordinación de intereses. En la medida que el director logre tener el acuerdo de todos los elementos de la comunidad educativa y coordine los intereses de grupo con los individuales, le será más fácil alcanzar los objetivos del servicio educativo a su cargo.
2. Principio de la impersonalidad de mando. La autoridad del director del plantel escolar se ejercerá como el producto de una necesidad de toda la comunidad escolar, no como el resultado exclusivo de su voluntad o del deseo de una persona, ya que se guiará siempre en su actuación por la objetividad en el manejo de la norma.
3. Principio de la resolución de conflictos. El director del plantel debe procurar que cuando se presenten los conflictos en la comunidad escolar, la solución sea prevista en los mejores términos de consideración y lo más pronto posible, de modo que se produzca el menor disgusto y la mayor satisfacción por parte de los elementos involucrados.
4. Principio del beneficio del conflicto. Es necesario que el director vislumbre el beneficio del conflicto más que el perjuicio, por lo que convendrá forzar el encuentro de soluciones y sus ventajas.
5. Principio de la autoridad como liderazgo. El director del plantel debe tener presente, en todo momento, que la escuela a su cargo se ubica dentro de un contexto social determinado, dentro del cual participa activamente con el propósito de apoyar el desarrollo del mismo.
Por tanto, el director debe ejercer no solo la autoridad, sino un liderazgo educativo mediante el cual oriente al personal docente, a los educandos y a los padres de familia, con la finalidad de favorecer la formación integral del educando, optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje y coadyuvar al mantenimiento de la planta física del plantel. Con base en estas consideraciones es necesario que siempre mantenga una actitud de responsabilidad y compromiso que garantice la permanencia de su liderazgo educativo dentro del plantel.
Es decir, que la aplicación de estos principios permitirá al director del plantel efectuar una dirección eficaz, ejercer su autoridad e impulsar y conducir correctamente a los diferentes elementos de la comunidad escolar. Además, porque los centros educativos presentan un ambiente favorable hacia la innovación y el cambio.
En ellos existe disposición para la participación y cooperación de equipos docentes, los cuales se ven apoyados por la administración educativa que toma en cuenta e incentiva sus propuestas de cambio e innovación institucional. En este contexto, las instituciones educativas se constituyen en la unidad básica para el origen, adaptación y promoción del cambio que requieren el sistema educativo.
Visto de este modo, se requiere que el centro educativo sea visualizado como una unidad en sí mismo bajo un enfoquen sistémico, de manera que pueda ser interpretado en todo su significado, lo que permitirá llevar a cabo acciones educativas propias de su seno mediante la participación de todos los involucrados. Asimismo, se solicita un estímulo de administración educativa con orientación humana  y con claridad de que su papel profesional debe enfocarse constantemente hacia la interpretación de lo que está ocurriendo constante y cotidianamente a su alrededor.
Esta visión interpretativa de la realidad lo ubica como un especialista contingencial que le  facilita la toma de decisiones de acuerdo a las circunstancias reflexiva y analítica  y no de una manera rutinaria y tradicional.
Dentro de los compromisos que debe asumir el administrador educativo es necesario citar lo que expone Heslep (2003: 247-260):
Como primer punto enfoca que el administrador educativo debe considerar a todos los actores en la toma de decisiones; esto garantiza procesos democráticos en la organización y funcionamiento institucional, en el aporte de soluciones ante las problemáticas que surjan. Esta gestión ayuda a preparar a los miembros para comprometerse en la toma de decisiones.
Como segunda función indica que la participación civil en la toma de decisiones tanto en una sociedad democrática como en asuntos educacionales va a favorecer la acción voluntaria de todos los miembros inmersos en la sociedad ya sea de forma directa e indirecta. Esto permitirá que los miembros sean capaces de alentar decisiones que propicien la igualdad de oportunidades educacionales que enseñen a los estudiantes el principio del interés público como fundamental en la sociedad.
Además, es necesario que trate de cumplir con algunos compromisos que son propios de su profesión y que según Rojas, García y Campos citados por Peña (2004: 6-9), son esenciales para generar procesos democráticos tendientes a buscar el cambio y la innovación, dentro de los cuales se destacan
La búsqueda permanente del liderazgo, crear una visión de un todo, y no de partes separadas y aisladas, ser relacionador de recursos; así como observar y analizar el centro educativo, el personal y los patrones de actividad diaria para analizar indicadores de logro, las luchas que se están dando, cuáles asuntos están captando la atención de las personas y donde debe focalizar la atención (p. 6-9)

Este planteamiento, se orienta hacia el  papel que debe desempeñar el administrador educativo, dado que es  una figura primordial en la promoción para una educación de calidad  que garantice igualdad de oportunidades a toda la población, generando procesos de enseñanza que contribuyan al bienestar individual y colectivo en sociedad. De allí, que una de las tareas a cumplir por el administrador, es la formación de equipos de trabajos tanto a nivel interno con su personal, como a nivel externo en la comunidad donde está inmerso la institución. Aquí es necesario apoyarse en los padres de familia, líderes comunales, grupos organizados y demás miembros que contribuyan al funcionamiento institucional.
Del mismo, modo, la gestión de recursos financieros y materiales es otra tarea que el administrador cumple en una institución, la cual realiza ante instancias gubernamentales y no gubernamentales, con el afán de solventar necesidades de la población estudiantil, la carencia de infraestructura y otros gastos que se generen. Es decir, que debe crear a nivel institucional una estructura organizada que le permita desarrollar actividades de gestión, supervisión, control y evaluación, al mismo tiempo esta estructura le permite poner a funcionar la dinámica de trabajo en el centro educativo.
Igualmente, debe buscar la incorporación de otros actores para el buen funcionamiento y organización de una institución, esto permite la toma de decisiones participativa, la formación de una sociedad democrática, y la participación directa de estos actores en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Dentro de los retos del administrador educativo esta quizás el más importante que consiste en buscar una educación para el desarrollo humano; para esto es necesario la formación integral de los educandos, de los docentes, de los padres de familia y demás miembros de la comunidad en general.

Referencias

Heslep (2003) La Educación en Democracia. Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano.

Peña (2004) Compromisos del Administrador Educativo para garantizar Procesos Democráticos  de Innovación y Cambio. Bogotá: Norma

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