lunes, 7 de julio de 2014

INCORPORACIÓN Y DESARROLLO DEL PENSAMIENTO 
ADMINISTRATIVO AL SISTEMA EDUCATIVO

Fundamentación pedagógica
El Sistema Educativo Bolivariano tiene su base pedagógica en el pensamiento robinsoniano, así como en las corrientes del pensamiento humanista social. Parte de la aserción de que se debe construir una pedagogía propia potenciadora y humanizadora que ofrezca oportunidades de experiencias que redunden en cambios significativos y de calidad en la educación de los educandos; que facilite nuevos aprendizajes que respondan a sus intereses y potencialidades. Para ello se propone asumir una actitud de reflexión e investigación del entorno en la indagación de nuevos planteamientos para los cambios posibles. En este aspecto se destaca la reflexión y análisis de la práctica pedagógica y su relación con la realidad, lo que implica una interacción continua entre los conocimientos y experiencias que posee el/la docente y la realidad en la que actúa. De esta forma se favorece una mayor participación en el proceso de construcción curricular que debe ser permanente y ajustado a los saberes y a la práctica, en la búsqueda de su pertinencia académica, social y cultural.
En este contexto, la educación bolivariana se concibe como un proceso social y cultural permanente, integral y de calidad, que tiene como finalidad desarrollar las potencialidades de cada ser humano y garantizarle el pleno ejercicio de su personalidad, de manera que contribuya al desarrollo de procesos de transformación social, consustanciados con los valores de la identidad nacional.
En esta concepción es necesario la construcción de una pedagogía que recoja los valiosos aportes de los pedagogos venezolanos y que a la vez tenga la apertura para incorporar nuevos conocimientos, a partir de un análisis crítico y a la vez constructivo de los aprendizajes que brinda la propia realidad para producir teorías que nazcan de la investigación y la práctica docente, que respondan a las realidades y expectativas de la diferentes comunidades; todo ello en función de generar y aprovechar oportunidades de aprendizaje significativos de los niños y niñas, a partir de un proyecto de desarrollo humano que haya sido discutido y consensuado en un ambiente democrático. Una pedagogía participativa, que contribuya a fomentar la convivencia ciudadana y que involucre a los educandos en la resolución de problemas y toma de decisiones en cuanto éstos afectan a su comunidad. Lo que significa un currículo, que se acerca al desarrollo del individuo como persona pero también como sujeto social que se ubica dentro de una cultura determinada y que participa desde su diversidad como sujeto cultural.
Asimismo el enfoque de desarrollo humano y social enmarca su fundamentación pedagógica en perspectivas teóricas que se interpretan manteniendo la coherencia curricular; así como, explican y profundizan el desarrollo humano tomando en cuenta su diversidad y complejidad.
Todo esto en atención a la definición de la educación como elemento fundamental para el desarrollo del ser social, por lo que se entiende el desarrollo “como un proceso que se produce a lo largo de toda la vida y que se origina por la combinación de estructuras biológicas (lo genético) y las condiciones sociales y culturales (medio ambiente)” (MED, 2005, Pág. 27). Igualmente, Stern, Piaget, Vigotsky y Leontiev, comparten este planteamiento, de acuerdo a Hernández y Granier (2003). Esta autora explica que las condiciones humanas de vida son determinantes fundamentales de las condiciones psíquicas humanas y no son producto sólo del cerebro humano. En esta perspectiva la relación entre la herencia y el medio ambiente definen el desarrollo del ser social, la formación de la persona pues determina la condición humana. Lo que trae el individuo genéticamente, sus particularidades, las propiedades naturales del organismo, en combinación con un ambiente rico en aprendizajes y experiencias en la sociedad humana en la que el niño o la niña se educa, potencian su desarrollo.
Un elemento importante a considerar para analizar y comprender el desarrollo son los estadios del mismo, que según Santrock, (2003), se refieren al período de vida en el cual una persona cuenta con determinadas características. Esto significa que las distintas características deben estar relacionadas con etapas específicas de la vida. Para el mismo autor los períodos usualmente definidos son: prenatal, primera infancia, niñez temprana, niñez intermedia y adolescencia. Aunque la posición asumida en esta fundamentación es que el desarrollo se produce durante toda la vida, desde la gestación hasta la vejez.
Igualmente se considera a Vigotsky (1981) quien planteó la teoría del constructivismo social-cultural, explicando que los procesos psicológicos del ser humano tienen un origen social. Sostiene que la finalidad de la educación es promover el desarrollo del ser humano y que la educación siempre va delante del desarrollo, por lo que éste se debe potenciar mediante el aprendizaje. La interacción social con otras personas es fuente de aprendizaje y promueve el desarrollo. Existe una relación entre el desarrollo, la educación y el aprendizaje; por ello se deben conocer los niveles de desarrollo del educando, el nivel real se determina mediante las actividades que hace independientemente, y el nivel potencial, cuando necesita la ayuda de alguien, pero al final puede lograr hacerlo independientemente. Es así que la educación promueve los aprendizajes, actuando en la zona de desarrollo potencial, proporcionando apoyo para fomentar el desarrollo del estudiante. En este enfoque existe una valoración positiva de las diferencias individuales, porque aunque en el nivel de desarrollo potencial la ayuda la aporta alguien más capaz, se parte de que el aprendizaje se produce entre iguales, ya que el sujeto social que aprende es activo, pero ante todo es interactivo (Castorina y Ferreiro, 1996).
De acuerdo a esta teoría la mediación es el proceso por excelencia para avanzar en el desarrollo, actuando entre el educando y su entorno, sirviendo de apoyo y ayuda en la organización y desarrollo de su sistema de pensamiento, facilitando la aplicación de nuevos conocimientos, nuevas capacidades en las situaciones que se le presenten. Si los educandos aún no han adquirido las capacidades para organizar lo que perciben, la persona que actúa como mediadora le ayuda a resolver la actividad que se les plantea, tomando en cuenta sus propias competencias intelectuales. El concepto de mediación en el campo educativo ha tenido importantes implicaciones, pues “constituye la base teórica de un principio pedagógico general: la única buena enseñanza es la que precede al desarrollo. En este sentido, se plantea el principio de la educación que desarrolla” (MED, 2005, Pág. 36). En la práctica educativa, la acción mediadora apoya las potencialidades, el desarrollo de nuevas capacidades, a partir de las que el educando ya posee.
También la teoría ecológica de Bronfebrenner ((1987)) sirve de apoyo al currículo, el cual centra su posición en el análisis de los entornos o contextos en los que se produce el desarrollo del ser humano, como determinantes del mismo. La teoría afirma que el desarrollo del ser humano es afectado por las relaciones que se producen en los diferentes contextos, los cuales se van modificando a lo largo del ciclo vital, ya que son entornos cambiantes y van configurando el ambiente ecológico de la persona en desarrollo durante toda su vida.
El autor estructuró los contextos en: (a) Microsistema o contexto inmediato del ser en desarrollo, allí se producen un conjunto de interacciones, relaciones interpersonales directas, significativas donde las personas asumen roles sociales; igualmente se producen patrones de actividades específicas. Ejemplos: la familia y la escuela. (b) Mesosistema constituido por un sistema de microsistemas. Ejemplo: La red entre la escuela y la familia. (c) Exosistema donde la persona no participa de forma directa, pero todo lo que tiene lugar en el mismo influye en el resto de contextos de desarrollo. Ejemplo: situación laboral de los padres, las acciones de la comunidad educativa, el sistema de protección, los medios de comunicación social, en especial la televisión. (d) Macrosistema o contexto más global que ejerce su influencia sobre todos los demás sistemas de desarrollo. Tiene que ver con la cultura, la ideología, las creencias. Un ejemplo es el país en su totalidad.
Tomar en cuenta este enfoque significa que el Sistema Educativo Bolivariano sabe que los educandos están constantemente expuestos a las influencias de las situaciones que ocurran en su realidad social, no sólo en su entorno familiar, sino también las que ocurren en otros contextos que puedan o no estar en relación directa con ellos.
Otro aspecto importante a considerar en esta fundamentación es la concepción constructivista del conocimiento que reconoce la acción del sujeto que aprende sobre su realidad circundante, en ese proceso intervienen su razón (esquemas y conocimientos previos) en relación con lo real (objetos, personas y situaciones del ambiente). Ahora bien, esa es una realidad humanizada, tiene una intencionalidad y una funcionalidad determinadas por seres humanos, por lo cual, para aprehenderla se requiere de la acción mancomunada, del apoyo de otros seres humanos o de actores mediadores que ayuden al sujeto en el proceso de hacer suyos los significados de los productos culturales de dicha realidad (Ríos, 1997).
En este contexto la construcción del conocimiento, supone tanto las características de lo que se conoce como la perspectiva de cada individuo, derivada de su ubicación en un ambiente ecológico, histórico, geográfico y social desde donde se construye ese saber. Esta orientación supone la integración de los cuatro pilares fundamentales de la educación, señalados por Delors y otros (1996) en el Informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI: aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a convivir y aprender a ser.

Para efectos del Sistema Educativo Bolivariano, tal como lo expresa el cuadro siguiente, se toman como referencia estos pilares y se ubican en una dinámica pedagógica y didáctica que se produce con el hecho educativo y se fortalecen, se valorizan dando lugar a la continuidad desde lo humano, real concreto, en un sistema integral de ejes curriculares que se corresponden con los aprendizajes fundamentales requeridos por el sistema educativo.

FLOR MARÍA BELLO TORRES

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